Cuál elegir depende de varios factores, como tu capital en efectivo, capacidad de ahorro y urgencia por tener a tu disposición el bien inmueble. Por ello, vale la pena que conozcas en detalle en qué consiste cada concepto:
Es cuando el proyecto ya se encuentra completamente terminado y puedes disponer del bien luego de firmar la escritura de compraventa.
Uno de sus beneficios es que consigues liquidez en un menor plazo de tiempo debido a que puedes destinar la propiedad a la renta una vez recibida la vivienda. Ahora bien, el costo mayor que en otros métodos de compra puede ser su mayor desventaja.
Se refiere a la operación en la que te comprometes a comprar una vivienda perteneciente a un proyecto que se encuentra en construcción y, por lo tanto, no cuenta con recepción definitiva otorgada por la municipalidad.
La inmobiliaria asume el compromiso de entregarte el inmueble en un tiempo determinado y con características arquitectónicas específicas.
Como ventaja principal de este tipo de operación está la posibilidad de diferir a varios pagos el valor del pie de la vivienda, haciendo mucho más sencillo su financiamiento que, por lo general, es del 20% del valor del inmueble.
Además, te brinda altas posibilidades de elegir una mejor ubicación y características asociadas a las terminaciones.
Por otro lado, se encuentra la plusvalía que puede ganar la vivienda entre el momento que pactas la compra y el momento de la entrega, ya que casas y departamentos, por lo general, son más costosos cuando están disponibles para entrega inmediata que cuando están en construcción.
¿Cuál es la desventaja? Tienes que esperar (8 a 20 meses, aproximadamente) para disfrutar de la propiedad, y que sólo puedes visualizar el proyecto en maquetas o modelos computarizados, lo que conlleva el riesgo de que la inmobiliaria o constructora incumpla lo pactado respecto a características arquitectónicas o prolongue los tiempos de entrega.
Sin embargo, debes tener presente que la legislación chilena obliga a cumplir con todos los términos y condiciones del contrato y a firmar una póliza de seguro que te indemnizará en casos de incumplimiento.
Es una de las formas de comprar una casa o departamento cada vez más populares.
En este caso, firmas la promesa de compraventa cuando la propiedad se encuentra en etapa previa a la construcción, es decir, a modo de “proyecto sin ejecutar”. Solo está en planos, pero cuenta con permiso de edificación.
No obstante, puedes ver maquetas y diseños por computadora que te entregan una panorámica aproximada de la obra terminada.
El principal atractivo de este modelo es que la plusvalía ganada hasta la terminación de la obra es aún mayor que la obtenida en las compras en verde. Además, dispones de un plazo más prolongado para juntar el capital de la cuota inicial.
También tienes mayor posibilidad de elegir la ubicación del inmueble y, en algunos proyectos, modificar el diseño y los acabados.
De la misma manera que la compra en verde, la desventaja principal es la posibilidad de que la inmobiliaria no cumpla con lo pactado, pero este riesgo es mayor dado que el tiempo de espera para la entrega es más largo. Sin embargo, nuevamente la ley y la póliza de seguro te protegen.
Ahora que sabes qué es comprar en blanco, qué es comprar en verde y con entrega inmediata, puedes decidir cuál es la opción que más te conviene. La oferta es amplia en todas las modalidades.
De hecho, según un informe elaborado por el Observatorio Laboral de la Región Metropolitana, entre marzo de 2016 y julio de 2019 ingresaron a tramitación 362 proyectos de inversión, de los cuales el 59% corresponde al sector inmobiliario, encontrándose en diferentes fases.
¿Cómo puedes realizar una compra inteligente? Asesorándote con especialistas de amplia trayectoria en el mercado y que puedan ayudarte a encontrar las mejores oportunidades de inversión según tu contexto y expectativas.